Bodegas Arzuaga Navarro

Este rincón tiene nombre propio, RIBERA DE DUERO.
Es un compendio de muchas cosas, un fabuloso Restaurante, un no menos fascinante Hotel, una Bodega con nombre propio, unos Viñedos espectaculares.
Todo a tu alcance para que disfrutes del entorno y de la calidad.

Me quedé sorprendido de las instalaciones y de todo el terreno lleno de parras, era enorme! Y con una cantidad de gente trabajando tremenda.

Os voy a comentar primero donde se encuentra y como llegar hasta allí , el complejo se encuentra a 40 Km de Valladolid y muy cerquita de Peñafiel y Roa (Aquí se encuentra el Consejo Regualdor de la Denominación).

Eso de que el vino bebido directamente en una bodega sabe mucho mejor no es ni mucho menos un mito. Absolútamente cierto y si no te lo crees, ya sabes, coge la carretera de La Coruña, desvíate en dirección Quintanilla de Onésimo y prueba.

Todo lo que pedimos en el restaurante es digno de mención y de recomendación:
- Croquetas Artesanas de Jamón Ibérico: te van a encantar.
- Confit de Pato con salsa de Hígos y Pasas: impresionante, un 10.
- Chuletitas de cordero: me encantaron, un acierto total.

El ambiente del sitio también es especial. Comimos en un comedor que da a la carretera y a los viñedos que se expanden a partir de ella. La cristalera hace que la luz del sol entre de lleno, lo que le da un encanto especial al sitio. En cuanto al vino, siento no ser ningún especialista. Lo que si se es que en estos años he probado unos cuantos vinos, muchos de ellos de excelente calidad (según expertos). Y este me encantó, tiene ese sabor especial que notas solo en los vinos de las bodegas.

Poder vivir la experiencia de visitar las bodegas de la zona de Ribera del Duero, además de poder estar en contacto con la naturaleza, tanto las vides como los animales que los rodean, es algo que a mi y a mi familia nunca se nos olvidara

En Arzuaga Navarro puedes pasar de caminar entre viñedos a una sesión relajante de tratamientos de belleza basados en la vinoterapia en un instante. La bodega, el restaurante, el hotel y el spa comparten un espacio singular en plena Milla de Oro de la Ribera del Duero. Merece la pena realizar el recorrido que ofrecen por las instalaciones bodegueras y catar sus vinos, tanto los que producen bajo sello ribereño como en otras denominaciones de origen. En el Spa lo mejor es dejarse llevar y mimar con uno de los circuitos que proponen y en cuanto al hotel ofrece unas vistas a los viñedos impresionantes.