Belén

Enclavada en los Montes de Judea, en Cisjordania. Desde diciembre de 1995, después de la firma del acuerdo interino israelo-palestino, la Autoridad Palestina es la responsable de los asuntos civiles, la seguridad interior y el orden público en Belén. Dada la inseguridad existente en la zona lo mejor es circular en grupo o con excursiones organizadas, el paso de la frontera desde Israel supone el control por soldados armados y puede resultar un incordio.

El gobierno de Israel ha rodeado la ciudad de murallas y pasos de control para evitar ataques terroristas, esto ha provocado una gran disminución del turismo.

Tras nuestra escala en Jerusalén, la siguiente parada obligada era llegar hasta Belén (conocida igualmente como Bethlehem). Llegar allí no fue realmente complicado, pero sí una pequeña odisea sobre todo por lso controles entre Israel y Palestina. De hecho, nuestro guía israelí se tuvo que quedar en la frontera por razones obvias.

Mientras íbamos en carretera con el bus teníamos una imagen de la ciudad bastante nítida, aunque parecía dormida. Fue una mezcla de sensaciones, sobre todo porque no todo es como se muestra en la televisión.

La única visita que realizamos fue a la Basílica de la Natividad, donde se señala con una estrella el lugar del nacimiento de Jesús. Allí tuvimos que pasar por una puerta/agujero agachados por lo es considerada la entrada y vimos los excelentes mosaicos del interior.

Impresiona bastante salir de Israel e ir a Belén. Sin duda aconsejable.