ANADEL
Nos quedamos con ganas de volver
Estamos en el valle de la Gallinera, montaña auténtica junto a las playas alicantinas, y por donde los ciclistas y senderistas campan a sus anchas.
Aquí se viene a almorzar mayormente, es habitual ver largas mesas en la terraza, porque aquí los almuerzos son como una comida, largos y abundantes.
Esta vez fuimos a tomar un refresco a media tarde, y el jefe, nos invitó a un gin tonic light, un encanto.
Nos quedamos con ganas de volver para probar alguno de los platos de su madre, una excelente cocinera de platos tradicionales de la zona, que hay que probar.
Por
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