Joaquin Castan
Lamentable
Acabamos de salir del local. Recién llegados primera copa y hemos pedido un trozo de queso curado.
El camarero ha buscado entre tres trozos que había para selección ar el que pensábamos que sería el mejor cuando nos sirve el trozo de la corteza más duro que una piedra.
Educadamente lo hemos pagado pero sin duda no volvernos. Estos detalles hacen que un bar bien situado sólo este lleno por la mujer del dueño, dos conocidos y nosotros dos novatos.