Marta Pilar
Un mar de gaviotas
Esa mañana mientras caminábamos por Alhama, recorriéndolo todo y asombrándome y asombrándonos por los silencios, las luces y las sombras de un sol resplandeciente que despuntaba brillante y caluroso, me encontré mirando con sorpresa y alegría casi de niña, una bandada de gaviotas sobrevolando majestuosas el río que corre entre Los Tajos. Primero unas pocas hacia un lado y hacia el otro y en un momento como si una de ellas llevase el mando se agruparon en cientos, en miles de alas blancas que cruzaban raudas el espacio para desaparecer luego entre el verde follaje del cañón de Los Tajos, allí donde alguna vez hace miles de años hubo un Acueducto .
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