Sandra Otero
No es lo que parece (para bien)
Desde fuera parece un sitio muy lujoso y nosotros, que íbamos en plan low cost, estábamos un poco reacios a entrar, pero al ser tantos y tan tarde, fueron los únicos que nos daban de cenar, ¡punto a favor!
Una vez que entras, la decoración es un poco ostentosa, con ambiente cálido y varios salones. La carta es muy completa, tienen de todo: platos calientes, fríos, sopas, ensaladas, pastas... De todo y la verdad que todo estaba muy rico. Para los precios que acostumbras en Budapest, sí era un poco más caro, pero muy parecido a lo que te puedes encontrar en España.
+7