Diana Patricia Montemayor Flores
Interesantísimo
Cuando llegué a este impresionante atrio, quise imaginarlo en sus años coloniales, lleno de purépechas que se acercaban a los frailes para aprender oficios y ser cristianizados. Me encantaría remontarme, por un momento, para ver a Don Vasco de Quiroga caminando por el jardín, dando órdenes, dejando besar su mano o sembrando olivos.
La verdad este sitio es interesantísimo; para entrar hay unos arcos que te dirigen al conjunto conventual y al entrar, das la espalda a las yacatas, construidas en oposición al templo y de manera simbólica caminas hacia la religión abandonando la vida pasada.
El
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