Este sencillo arco de medio punto rebajado, que da acceso a la calle de San Juan, es una de las puertas en la muralla burgalesa. Construido en el siglo XIII, recibe el nombre de San Juan por el monasterio que tiene frente a ella. Fue profundamente reformada durante el siglo XVI, y posteriormente en el XIX.
Junto con el de la Calderera, constituye uno de los dos únicos arcos medievales que se convervan en el pueblo de Silos. Anteriormente este arco fue puerta del recinto amurallado de la ciudad, pero ahora tan sólo quedan algunas restos de la muralle en la huerta del Monasterio.
Merece la pena pararse un momento a contemplarlo para imaginarnos que estamos cruzando de nuevo a Silos, el poderoso pueblo donde los monjes benedictinos eran dueños y señores. Además, es conveniente mirar hacia los lados para disfrutar de las bellas vistas de los alrededores que pueden verse en esta parte de la población.
