Un pueblo pasado por agua...
Este precioso y sorpresivo pueblo, lleno de cuestas y de correntías de agua por casi todas las esquinas, no parece valenciano. Aquí el agua abunda. Hay fuentes repartidas por todo el pueblo. La iglesia tiene todavía un sistema antiguo de abastecimiento de agua que viene del río, cruza sus cimientos y desaparece por medios de canales y acequias exteriores calle abajo. La arquitectura típica valenciana de sus casas y algunos vestigios árabes nos recuerdan continuamente que estamos en esta región, cuando como yo, eres valenciano y conoces tu páis.
Si el visitante no ha estado nunca en Valencia no reconocería este pueblo como autóctono sino como alguno del norte de España. Sus alrededores están llenos de sorpresas y rincones fantásticos donde divertirse, bañarse, hacer fotos o hacer rutas a pié. Anna es toda una garantía de diversión para el que quiera pasar ún día o mas por estos maravillosos andurriales..