luisfernando
Nuestro primer contacto con un fiordo
Partimos de Äkäslompolo a primera horas de la mañana con el sentimiento de que quizás nunca volveríamos a ir allí. Habían sido trece días innovidables en la laponia filandesa.
Durante bastantes kilómetros y por carreteras habituales de la zona, es decir estrechas pero bien asfaltadas, nuestro viaje transcurrio en medio de abetos y pinos gasta que llegamos a la tundra en la que el paisaje se convierte en desolador y aquí apareció la fina lluvia que no nos dejó hasta Alta.
Nuestra intención en un principio era haber comido algo en esta ciudad y visitar el centro de la ciudad. Misión imposible.
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