Venado con etiqueta
En la maravillosa ciudad de Toledo, tras una caminata de varias horas, el cuerpo necesita reponer fuerzas. Nuestra primera opción era ir al Restaurante La Orza, del cual teníamos buenas referencias, pero nuestro error fue no reservar, por lo que para poder comer tuvimos que deambular por las calles del centro, hasta que finalmente nos decidimos por un restaurante Almacén 51.
Tuvimos que esperar, entorno a unos 15 minutos para sentarnos. Optamos por el 'Menú', 12 €/persona. De primero, comimos una sopa castellana y paella. La sopa aceptable y la paella escasa y lo esperable en una paella de menú. De segundo, carcamusas (carne de cerdo guisada con tomate y guisantes) que estaba buena y venado guisado. Es en este plato dónde la comida pasó de ser a algo no destacable a ser una experiencia desagradable y para olvidar. En primer lugar, el plato emanaba un aroma con tintes de amoniaco, pero cual fue nuestra sorpresa que cuando me disponía a parir la carne, vimos un "Ovni" (objeto flotante no identificado) adherido a un trozo de carne. Inmediatamente se lo comentamos al camarero, cuya primera respuesta fue, "es una rama de tomillo", a la que contestamos que tenía letras. Ante esta evidencia, no tuvo más remedio que cambiarlo por otro plato, en esta ocasión elegí unos calamares con ensalada.