Celia Fuentes Martínez
Un italiano normalito, pero con buenas vistas
Situado en el Puerto Deportivo, nos sorprendió encontrar mesa tan fácil (no estaba para nada vacío, pero el restaurante es amplio) y, sobre todo, sin esperas en pleno agosto.
La comida no es la mejor italiana que he probado, pero está bien.
Nos dejaron cenar en una especie de terraza (como un balcón grande) con unas vistas estupendas al puerto, a pesar de que complicaba la labor de los camareros, que fueron amabilísimos en todo momento.