Cristina E Lozano
Precioso rincón cántabro
Los acantilados de la Virgen del Mar rodean la península que llevan el mismo nombre y tanto si el mar está sereno como si no son un excelente lugar para contemplar el mar muy de cerca pero de forma segura.
A veces las olas chocan con tal furia que parece que van a comerse la pequeña ermita que está unida al continente por un pequeño puentecillo. En épocas de temporal pueden dejar estampas realmente impresionantes.
Es un lugar ideal para hacer una excursión de un par de horas si uno se encuentra en Santander.
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