La abadía mejor conservada del Reino
En el estuario del río Forth se encuentra la isla de Inchcolm, donde se puede visitar los restos de la abadía (con el mismo nombre) medieval mejor conservada de Escocia.
Cuenta la leyenda que en 1123 la isla era habitada por un ermitaño que durante la mayor tormenta que se recuerda, arriesgo su vida para salvar a un rey, Alexander I. Este, como agradecimiento al ermitaño y a Dios prometió construir una abadía en la isla. Murió sin poder hacerlo, pero su hermano, el rey David I, construyó allí una abadía agustina, siguiendo los últimos deseos de su hermano mayor. El monasterio continuo en funcionamiento hasta 1560. La Reforma religiosa hizó que fuese abandonado.