Los imperdibles palacios de Marrakech y su legado arquitectónico Marrakech, joya de Marruecos, alberga magníficos palacios que reflejan su rica historia y diversidad cultural. El Palacio de la Bahía es un magnífico ejemplo de la arquitectura del siglo XIX, adornado con jardines exuberantes y una fusión de estilos islámicos y andaluces. Otro icono es el Palacio El Badi , en ruinas pero impresionante, que muestra la grandeza de la época saudí. Estos palacios no solo cuentan historias de sultanes, sino que también son testigos de la evolución artística y arquitectónica de la región. La experiencia de recorrer estos sitios permite apreciar la fusión de la historia con la belleza arquitectónica única de Marrakech.
Palacio de la Bahía, por GERARD DECQ
El Palacio de la Bahía , ubicado en el histórico barrio judío de Marrakech , es una maravilla arquitectónica que deslumbra con su rica historia y esplendor. Construido en 1880 por el gran visir Ba Ahmed, este palacio combina diversos estilos que reflejan su continua expansión durante años. Como menciona un viajero, "su construcción, encargada a un arquitecto de la escuela andaluza, muestra una gran variedad de estilos, pero un difuso ambiente oriental unifica el interior". Este complejo alberga 150 habitaciones y destaca por sus exquisitos techos de cedro y majestuosamente decoradas estancias.
El viaje a través del palacio culmina en el Patio de Honor , una obra maestra que se extiende 50 por 30 metros, compuesta por mármol y azulejos, donde tres fuentes añaden un toque de frescura. Otro viajero señala que "recorrer cada pasillo es volver en la historia para descubrir cómo vivía el rey y sus súbditos". Los jardines, repletos de naranjos y plantas frutales, invitan a los visitantes a explorar cada rincón con tranquilidad. La entrada cuesta 10 dirhams , y sus visitantes se encuentran con un lugar que, como dice un viajero, es "hermoso e imperdible".
Ouarzazate, por mmozamiz
Ouarzazate, conocida como la "puerta del desierto", fascina a los viajeros con su historia, paisajes y patrimonio cultural. Al alejarse de Marrakech, se descubren los valles del Atlas y los pueblos bereberes, donde se pueden apreciar las magníficas Kasbahs. E. Sonia Requejo Salces menciona que "los pueblos bereberes, en áridas mesetas como la del Valle del Dades, muestran construcciones que aún mantienen técnicas milenarias". La Kasbah de Taourirt se erige como una fortaleza emblemática, una visita obligada para quienes buscan entender la riqueza arquitectónica de la región.
Los viajeros también recomiendan explorar el Museo del Cine, que destaca los decorados de grandes filmes. Armand Bercer señala que "en el barrio antiguo de los bereberes puedes comprar esencias, especias, antigüedades de plata", lo que crea un ambiente menos turístico y más auténtico. Además, la cercanía a Ait Ben Haddou , a solo 30 kilómetros, permite admirar otra de las Kasbahs más bellas, donde han surgido historias ricas gracias a guías apasionados como Abdul Mhend, que comparten su conocimiento con entusiasmo. Así, Ouarzazate se reafirma como un destino que entrelaza la historia y la cinematografía en un entorno deslumbrante.
Palacio Real, por Almudena
El Palacio Real de Fez , también conocido como Dar el Makhzen, es un monumento emblemático de la ciudad y un testimonio de la rica historia marroquí. Este antiguo palacio, que data de la época de Moulay Ismail, es considerado uno de los más impresionantes entre las ciudades imperiales. Un viajero destaca que "las puertas son espectaculares", resaltando el efecto del sol sobre el dorado de estas, creando un espectáculo visual que deslumbran a quienes se acercan. Aunque la arquitectura varía de un palacio a otro en Marruecos, las puertas de este palacio, con sus líneas de bronce dorado y bóvedas de tejas verdes, son verdaderamente notables.
Los viajeros también notan lo imponente del lugar, con una amplia explanada que lo rodea. La presencia de la guardia real añade un toque de majestad, haciendo que los visitantes se sientan privilegiados al poder contemplar este patrimonio. Sin embargo, es imposible acceder al interior, lo que genera cierta tristeza en quienes desean conocer más. La proximidad a El Barrio Judío hace de esta visita una experiencia multifacética , donde la historia y la cultura de Fez se entrelazan en cada rincón del palacio, ampliando la conexión cultural de los visitantes con Marruecos.
Palacio Real, por fredo
El Palacio Real de Rabat , conocido como El Dar-al-Mahkzen, es una joya arquitectónica que combina historia y majestuosidad . Construido en 1864 sobre las ruinas de un antiguo palacio, este lugar no solo sirve como residencia real, sino que también es sede del gobierno. A la entrada, se extiende la Mechouar, una amplia plaza que alberga las principales celebraciones en honor al Rey. Un viajero destaca que "ante la puerta del Palacio se extiende la Mechouar", un aspecto que añade un aire de grandeza al conjunto.
Aunque el actual monarca, Mohammed VI, ya no reside en el palacio, su edificación sigue siendo un símbolo importante de la historia marroquí. La viajera zakia lahlou describe el lugar como "magnífico", lo que enfatiza la impresionante estética del palacio y su entorno.
Estudiar sus muros y admirar su arquitectura histórica es un deleite para cualquier visitante que desee explorar la rica cultura de Marruecos . Sin duda, una parada que no debe faltar en el recorrido por la capital.
Medina Coco Polizzi, por macmuseo
Medina Coco Polizzi , ubicada a unos cinco kilómetros de Agadir, es un proyecto fascinante que honra la arquitectura bereber a través de la visión del arquitecto italiano Coco Polizzi. Como resalta un viajero, "la recreación de la medina perdida " es un verdadero regalo para los sentidos. La entrada al recinto cuesta 40 dirhams, un precio que muchos consideran justo para experimentar las espectaculares construcciones ya realizadas en este espacio.
Dentro de la medina, el ambiente está impregnado de cultura y arte local. Las calles están salpicadas de pequeños locales que ofrecen souvenirs y obras de arte , haciendo que la interacción con los vendedores sea parte de la experiencia. Un viajero menciona que hay que "soportar las solicitudes de los dependientes para que entres a ver sus productos 'sin compromiso'", lo que añade un matiz auténtico a la visita.
Además de la arquitectura, Medina Coco Polizzi alberga a artesanos locales que crean impresionantes obras con materiales característicos de la región. Aquí se puede descubrir "un joven artista de piedra caliza de trabajo" que da vida a personajes y animales con gran finura. Esta combinación de historia, arte y cultura convierte a la medina en un destino imprescindible para quienes desean sumergirse en la riqueza de Marruecos.
Palacio Real, por paulinette
El Palacio Real de as-Sawirah , ubicado en las afueras de la ciudad histórica, es una joya que refleja la riqueza cultural de Marruecos . Esta residencia del rey Mohamed VI , quien la utiliza durante sus visitas a Essaouira, se encuentra en un barrio moderno cercano al mar. A pesar de la cercanía al océano, la majestuosidad del palacio queda oculta tras grandes muros y exuberante vegetación, lo que protege la privacidad del monarca .
Los viajeros que han tenido la oportunidad de admirar este lugar han destacado su belleza, afirmando que "las puertas son preciosas y dejan adivinar las maravillas que se esconden detrás". Aunque la vigilancia del lugar impide ver el interior, el ambiente que lo rodea invita a los visitantes a imaginar escenarios de un pasado glorioso. La viajera paulinette describe la atmósfera del palacio como cautivadora, y la impresión que deja va más allá de lo visual, evocando la grandeza de la monarquía marroquí.
La combinación de historia y belleza en el Palacio Real de as-Sawirah lo convierte en un destino imperdible para quienes quieren descubrir la riqueza cultural de Marruecos. La magia de este lugar cautiva los corazones de quienes se acercan a sus puertas, dejando una profunda huella en su memoria.
descubrir los palacios de Marruecos es adentrarse en la riqueza cultural y arquitectónica de una nación vibrante. Desde la simetría del Palacio de la Bahía hasta la impresionante grandiosidad del Palacio Real, cada edificación narra relatos de historia y tradición que resuenan en su diseño. Este legado perdurable invita a todos a explorar un pasado lleno de esplendor y belleza.