Descubre los impresionantes monumentos históricos de Japón que debes conocer

24 Septiembre 2024

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David Esteban

El monte Hiei, Hieizan, es un monte santuario entre las prefecturas de Kyoto y Shiga en el que se ubica el famoso Enryaku-ji, que en realidad no es un templo, si no un conjunto de ellos.

En el camino nos encontraremos muchos otros lugares sagrados a lo largo de la falda del monte, hasta...

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Oskar Díaz Toscano

Templo budista situado en pleno Tokyo a apenas veinte minutos de rascacielos y neones. Cuenta con una pagoda de cinco pisos, y su extensión es equiparable al templo Sensoji de Asakusa no teniendo absolutamente nada que envidiarle. Es más, al no ser conocido, la visita a este lugar se convierte en...

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María Alba

En la zona de Nikko conocida como Abismo de Kanmangafuchi, se encuentra mi rincón favorito de toda nuestra visita a Nikko, y eso que me gustó todo... Se trata de Bake Jizō, Narabi Jizō (Jizōs en línea) o Hyaku Jizō (los 100 Jizōs) todos mirando hacia el río Daiya.

Jizō, es como se llama en...

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Monumentos históricos de Japón que no te puedes perder en tu viaje

Japón alberga una diversidad de monumentos históricos que son imprescindibles para cualquier viajero. El templo Senso-ji en Tokio, con su impresionante puerta Kaminarimon, invita a explorar su rica historia. En Kioto, el Castillo Nijo destaca por su arquitectura y jardines, mientras que la antigua ciudad de Nara ofrece el templo Todai-ji, que alberga una majestuosa estatua de Buda. Cada uno de estos lugares respira cultura y tradición, haciendo de Japón un destino inolvidable para los amantes de la historia.

Cúpula de la Bomba Atómica, por Pau García Solbes

1. Cúpula de la Bomba Atómica

La Cúpula de la Bomba Atómica, conocida como A-bomb Dome, es un emblemático recordatorio de la historia de Hiroshima y un lugar que todos los viajeros deberían visitar. Este antiguo edificio, que originalmente fue el Hiroshima Prefectural Industrial Promotion Hall, se erige como un testimonio de la devastación causada por la bomba atómica el 6 de agosto de 1945. joaquim cubarsi señala que "es el esqueleto de lo que había sido el Hiroshima Prefectural Industrial Promotion Hall" y destaca que "es el único edificio conservado en Hiroshima" que resistió la explosión a solo 150 metros de distancia.

Declarado Patrimonio de la Humanidad en 1996, la cúpula se sitúa a orillas del río y es un símbolo del deseo de los residentes de Hiroshima de recordar los horrores de la guerra. Sahara Bahena enfatiza su relevancia al comentar que "esta cúpula fue lo único que quedó en pie" después de la detonación, lo que proporciona una potente representación del impacto de la bomba. La experiencia de visitar este monumento, especialmente en días grises, puede ser profundamente conmovedora. Como señala Raquel López Rodríguez, es increíble pensar que "siendo en este punto donde cayó la bomba siga en pie". Sin duda, la Cúpula de la Bomba Atómica es un lugar de reflexión y un imperdible para cualquier visitante de Hiroshima.

Shinkyo Bridge, por Pau García Solbes

2. Shinkyo Bridge

El Shinkyo Bridge, situado en Nikko, Japón, se erige como uno de los símbolos más emblemáticos de la región. Este puente, de un vibrante color rojo, contrasta maravillosamente con el verdor que lo rodea, creando un paisaje cautivador. Como destaca un viajero, el puente "es lo mejor de Nikko", resaltando su singular belleza en comparación con los templos cercanos.

Históricamente, el Shinkyo Bridge sirvió como una vía de acceso al famoso templo Toshogu, aunque el actual es una reconstrucción moderna. La vista desde el puente es igualmente impresionante, con aguas del río que sorprenden por su intenso color turquesa. Un visitante menciona que "es de un intenso color turquesa que habíamos visto en algunas playas, pero nunca en un río". Esta particularidad añade un encanto extra a la experiencia.

Aunque puede llegar a ser un lugar algo masificado, el Shinkyo Bridge sigue siendo un punto ideal para quienes buscan capturar la esencia de Nikko. Para disfrutar de esta joya arquitectónica y obtener una foto memorable, se requiere un pequeño pago de 300 yenes, lo que resulta en una inversión mínima para unas vistas espectaculares. Sin duda, el Shinkyo Bridge es una parada obligatoria para cualquier amante de la historia y la belleza natural.

Monte Hiei, por David Esteban

3. Monte Hiei

El Monte Hiei, conocido como Hieizan, se erige majestuosamente entre las prefecturas de Kyoto y Shiga, siendo un lugar sagrado que alberga el famoso complejo de Enryaku-ji. David Esteban menciona que "en el camino nos encontraremos muchos otros lugares sagrados a lo largo de la falda del monte". Este entorno tranquilo y respetuoso permite a los visitantes experimentar la serenidad del lugar, ideal para quienes buscan un día de meditación y reflexión.

El Monte Hiei no solo es conocido por sus templos y su rica historia, sino también por sus impresionantes vistas. "Pasear por allí es una auténtica delicia", dice David, mientras disfruta de la belleza natural que lo rodea y de las panorámicas del Lago Biwa. Para llegar a este santuario, se recomienda tomar el tren hasta la estación Hieizan-Sakamoto y luego subir en funicular hacia Enryaku-ji, una experiencia que añade un toque especial a la visita. Explorar el Monte Hiei significa adentrarse en un rincón de Japón donde la espiritualidad y la naturaleza se entrelazan de manera única.

Templo Zojoji, por David Esteban

4. Templo Zojoji

El Templo Zojoji, situado en el distrito de Minato-ku, es una joya histórica que se encuentra justo detrás de la emblemática Torre de Tokio. Este templo budista de la secta Shingon ofrece una experiencia única a sus visitantes, especialmente al caer la noche, cuando “las luces de la torre iluminan el tejado del templo, creando una vista pintoresca”. La tranquilidad del lugar contrasta con el bullicio de la ciudad, proporcionando un refugio sereno donde el viajero puede conectar con la cultura local.

Uno de los atractivos más emotivos del templo son las cientos de estatuas de Jizō, deidades protectoras de los niños que han fallecido o no han nacido. Estas estatuas están adornadas con ropas infantiles y molinillos de viento, que al moverse crean un ambiente evocador. Como destaca un viajero, “cada una de las estatuas allí presentes está puesta para proteger el alma de un niño muerto o no nacido”. Durante la visita, también es posible ver una gran estatua de la diosa Kannon y una de las campanas más grandes del periodo Edo, que se toca dos veces al día para “purificar las ciento ocho pasiones terrenales”.

El ambiente del templo es especialmente palpable en ocasiones festivas, donde se pueden disfrutar de tradiciones japonesas en un entorno mágico. Una viajera comparte su experiencia memorable al coincidir con un festival, resaltando que “fue una experiencia única, ya que pudimos disfrutar de sus bailes típicos y de la alegría de la comunidad”. Sin duda, el Templo Zojoji es una parada obligatoria para quienes visitan Tokio, ofreciendo una combinación perfecta de espiritualidad y conexión cultural.

Bake Jizō, por María Alba

5. Bake Jizō

En el corazón de Nikko se encuentra Bake Jizō, un impresionante conjunto de estatuas que rinde homenaje al Bodhisattva Ksitigarbha, conocido como Jizō. Este lugar, que María Alba califica como su rincón favorito, se ubica en el Abismo de Kanmangafuchi y está flanqueado por un sendero que invita a los visitantes a sumergirse en un ambiente de reflexión. Según el viajero, aquí se pueden encontrar "las 70 estatuas de Jizō, todas mirando hacia el río Daiya", cada una vestida con el característico babero y gorros rojos, símbolo de protección en el folclore japonés.

El Bake Jizō se erige como un espacio de consuelo, ya que Jizō es considerado el guardián de los no nacidos y de aquellos que han partido demasiado pronto. sonia vilar recomienda tomarse "un par o 3 horas para recorrer el sendero", pues el paseo de ida y vuelta de 5 km junto al río es una experiencia imperdible. Alegría Salvador añade que este "lugar mágico" te permite pasear en un entorno diferente, lejos de los santuarios abarrotados de turistas, y disfrutar de un paisaje donde la naturaleza y la espiritualidad convergen. Aquí, los que buscan una conexión profunda pueden encontrarse con sus pensamientos mientras caminan bajo la atenta mirada de estos guardianes del Buda.

Takayama Jinya, por Pau García Solbes

6. Takayama Jinya

Takayama Jinya, ubicado en Takayama, Japón, es un fascinante monumento histórico que cautiva a quienes lo visitan. Este antiguo edificio, que una vez fue la sede del gobierno local, se ha transformado en un museo atractivo que permite descubrir la rica historia de la región. La viajera Lídia Montes de Oca destaca que “es una visita que sale en las guías como obligatoria y la verdad es que no decepciona”. En este complejo, los visitantes pueden explorar diversas salas que exhiben el pasado de la ciudad y su cultura.

Uno de los aspectos más impresionantes de Takayama Jinya es su granero de arroz, construido en 1600, el más grande de Japón. Este edificio forma parte del museo y conecta a los viajeros con las tradiciones agrícolas de la zona. Juan Oliva Toledo lo describe brevemente, señalando que el lugar es “bonito”, resaltando su atractivo estético. Takayama Jinya ofrece una experiencia enriquecedora que emocionante que combina historia, arquitectura y hermosos paisajes que no te puedes perder.

Cenotafio de Hiroshima, por joaquim cubarsi

7. Cenotafio de Hiroshima

El Cenotafio de Hiroshima, diseñado por Kenzo Tange, se erige como un conmovedor homenaje a las 200,000 víctimas de la bomba atómica. joaquim cubarsi destaca que "la estructura rectangular austera, con agua y una llama incandescente, vela por las víctimas", convirtiéndolo en uno de los puntos centrales del Parque de la Paz. Este lugar invita a la reflexión y al respeto, ya que "todo el mundo transita ante él con extremado respeto", lo que subraya la solemnidad del sitio.

El cenotafio no solo es un símbolo de paz, sino también de recuerdo. Espada Víctor menciona una placa situada cerca de los restos de la cúpula, un recordatorio permanente de los eventos trágicos que tuvieron lugar hace 70 años. A su vez, giuseppe civica resalta que "el monumento está dedicado a las víctimas de la bomba", testificando la dolorosa historia que ha marcado a Hiroshima.

Marie y Matt añaden una dimensión adicional al señalar que hay un monumento a las víctimas corennes, lo que evidencia la pérdida de comunidades enteras. "Un tranquilo como el resto del jardín de la paz hemos apreciado", resaltando la tranquilidad y la solemnidad del entorno. Visitar el Cenotafio de Hiroshima es, sin duda, una experiencia que invita a honrar la memoria y reflexionar sobre la paz.

Nihon Minka-en, por Oskar Díaz Toscano

8. Nihon Minka-en

Nihon Minka-en, situado en Kawasaki, Japón, es un fascinante museo al aire libre que permite a los visitantes sumergirse en la rica historia arquitectónica del país. Según Oskar Díaz Toscano, "este lugar es básicamente un bosque con un camino a seguir por entre árboles que de vez en cuando dan a una explanada donde hay situada una casa tradicional japonesa". Desde su apertura en 1965, el museo ha restaurado y trasladado 23 edificios de diversas regiones de Japón, convirtiéndose en una auténtica aldea cultural.

Los viajeros pueden explorar las casas, donde se conservan utensilios cotidianos, como teteras y aperos de labranza, que revelan cómo se vivía en épocas pasadas. El recorrido no está exento de esfuerzo, ya que "hay que tener las piernas fuertes", como señala Esperanza Aguirre de Cárcer, pero la recompensa es un conocimiento profundo de la diversidad arquitectónica japonesa, que incluye un teatro de kabuki y un taller de teñido de índigo.

El ambiente natural del lugar, junto con un restaurante especializado en fideos soba, invita a disfrutar de un día completo entre la cultura y la tranquilidad del bosque. Para acceder al museo, basta con tomar la línea Odakyu desde Shinjuku hasta la estación Mukogaokayuen, un viaje que nos conduce a un mundo lleno de historia y belleza.

Templo de Hōryū-ji, por David Esteban

9. Templo de Hōryū-ji

El Templo de Hōryū-ji, situado en la provincia de Nara, es una joya budista cuya historia se remonta a más de 1300 años, en la era Asuka. Este excepcional monumento no solo es el templo más antiguo de Japón, sino que también alberga la estructura de madera más antigua del mundo. David Esteban resalta que Hōryū-ji "es considerado el origen de la cultura japonesa tal y como la conocemos hoy", lo que lo convierte en un destino imperdible para quienes deseen profundizar en la rica historia del país.

Visitar Hōryū-ji es una experiencia que combina admiración por la arquitectura y una inmersión en la espiritualidad. Su diseño y las reliquias que custodia, que son exhibidas de manera ocasional en el museo prefectoral, dejan una impresión duradera. El viajero Juan Oliva Toledo señala que "merece la pena visitarlo", subrayando su singularidad y la tranquilidad que se respira en el lugar. Sin duda, Hōryū-ji es un templo que invita a la reflexión y al asombro, un espacio donde la historia y la cultura japonesa cobran vida.

Templo Honmonji, por Oskar Díaz Toscano

10. Templo Honmonji

El Templo Honmonji es un impresionante monumento budista ubicado en el corazón de Tokio, a tan solo veinte minutos de los icónicos rascacielos y neones que caracterizan la ciudad. Este lugar, que cuenta con una magnífica pagoda de cinco pisos, se extiende en una área comparable al famoso templo Sensoji de Asakusa, pero con una atmósfera única y serena. Los viajeros como Oskar Díaz Toscano destacan que al no ser un sitio tan conocido, la visita se convierte en una experiencia mágica. "Es habitual encontrarse solo en tan increíble emplazamiento", afirma, resaltando la tranquilidad que se siente al recorrer sus jardines.

Cristina Simon Valdes recomienda encarecidamente la visita, indicando que "no te puedes ir de Japón sin visitar este templo". Este llamado a la exploración subraya la importancia cultural y espiritual del Honmonji, que representa a la perfección el Japón auténtico, alejado de las multitudes. Sumergirse en la belleza y paz de este templo es una experiencia que dejará una huella imborrable en el corazón de quienes lo visiten.

Puerta de Sanmon, por María Alba

11. Puerta de Sanmon

La Puerta de Sanmon, ubicada en Kamakura, es un impresionante acceso al templo Kenchoji y destaca por su gran tamaño y majestuosidad. Esta puerta, de madera y dos pisos, se eleva a 30 metros de altura y fue reconstruida en 1775. Los viajeros quedan fascinados al cruzarla, pues, como señala María Alba, "cuando ves la puerta Sanmon, ya sabes que no te va a defraudar el templo". A pesar de haber resistido el devastador terremoto de Kantō en 1923, la puerta fue restaurada en 1996, preservando su esplendor.

Arturo Sánchez Quiñones destaca que es "probablemente la puerta más impresionante que da acceso a un templo en Kamakura". Al ingresar, se pueden observar enebros centenarios que suman a la belleza del lugar. En el piso superior se encuentran cerca de 500 estatuas de bronce, aunque, como menciona Kris por el mundo, el interior no puede ser visitado, lo que resulta en una curiosidad para los visitantes. Su importancia es tal que se considera una etapa clave en cualquier recorrido por Kamakura.

Viajar a Japón es adentrarse en un legado de monumentos históricos que cuentan historias de resiliencia y espiritualidad. Desde la elegancia del templo Hōryū-ji hasta la sobria Cúpula de la Bomba Atómica, cada sitio ofrece una conexión profunda con la cultura japonesa. Estos lugares no solo son paradas turísticas, sino testimonios vivos de una rica historia que merece ser explorada.