Historia y curiosidades de las estaciones de tren más icónicas en Nueva York Las estaciones de tren en Nueva York son auténticas joyas arquitectónicas llenas de historia. Grand Central Terminal , inaugurada en 1913, es famosa por su impresionante vestíbulo y su magnífico techo estrellado. La estación Penn, por su parte, es uno de los Puntos de entrada más transitados del país y ha sido renovada para mejorar la experiencia del viajero. Williamsburg Bridge, un ícono del paisaje neoyorquino, conecta Manhattan y Brooklyn, añadiendo un toque histórico a la red de transporte. Cada estación tiene historias fascinantes y curiosidades que revelan la evolución de la ciudad.
Grand Central Station, por Roberto Gonzalez
Grand Central Station , o Grand Central Terminal, es una joya arquitectónica situada en el corazón de Nueva York. Esta emblemática estación no solo es un importante nodo de transporte , sino también un lugar lleno de historia y belleza. Roberto Gonzalez destaca que "detrás de sus elevados arcos y el elegante mármol con el que se engalana, es una maravilla de la ingeniería innovadora y del diseño práctico de la época". Desde su majestuoso vestíbulo, donde una impresionante bóveda representa el firmamento , hasta los delicados detalles arquitectónicos que adornan sus pasillos, cada rincón de la estación cuenta una historia.
Fernandoo resalta que es "un sitio bastante peculiar y merece la pena darse una vuelta". Además, "durante el día, un par de veces hacen un espectáculo de luces y sonido en el hall principal", lo que sin duda proporciona una experiencia fascinante para los visitantes. La estación, que conecta a miles de neoyorquinos a diario, se convierte en un punto de encuentro donde conviven el bullicio y la historia. Con su majestuosa arquitectura y su vibrante ambiente, Grand Central Station es un destino imperdible en la ciudad que nunca duerme.
Roosevelt Island Tramway, por David Maldonado
El Roosevelt Island Tramway es una experiencia única que conecta Manhattan con Roosevelt Island a través de un teleférico que ofrece vistas espectaculares. Los viajeros destacan que desde este tranvía se pueden contemplar los emblemáticos paisajes de Nueva York a un precio asequible, similar al de un billete de metro. Como menciona el viajero David Maldonado , “increíbles vistas por el precio de un viaje metro”. Puede ser una excelente oportunidad para disfrutar del skyline y capturar fotografías memorables, especialmente al caer la noche.
Poco conocido entre los turistas, este teleférico permite un escape de las multitudes y masificaciones típicas de otras atracciones neoyorquinas. La viajera Angela Sanchez resalta la ventaja de este trayecto, ya que “se trata de un teleférico poco frecuentado por los turistas”, ofreciendo así una experiencia más tranquila. Además, el trayecto es breve, con un tiempo de aproximadamente tres minutos, y por solo 2,5 dólares, se convierte en una escapada accesible que conecta directamente con la historia y la belleza del East River.
Al llegar a Roosevelt Island, los visitantes pueden pasear a lo largo del río o relajarse en pequeños parques, disfrutando de un entorno diferente sin alejarse demasiado del bullicio de Manhattan. Manu Guedes sugiere combinar el teleférico con un desayuno en el Upper East Side, haciendo de esta experiencia un plan perfecto para aquellos que buscan explorar Nueva York desde otra perspectiva.
Oculus, por Veronica mc loughlin larraín
El Oculus, diseñado por Santiago Calatrava, es una obra maestra de arquitectura contemporánea ubicada en el corazón de Nueva York. Con su impactante estructura exterior que recuerda a un ave en vuelo, el viajero Quim Sanchez Bernal destaca cómo "lo que más impresiona es el espacio interior y cómo lo integra con los bajos de los edificios colindantes". Al descender por la escalera mecánica hacia la galería de tiendas, los visitantes realmente sienten la magnitud del lugar.
La luminosidad y belleza arquitectónica del Oculus no pasan desapercibidas. Federico De Balanzó Guerendiain lo describe como una "gran obra de grandiosa luminosidad y belleza arquitectónica", lo que invita a muchos a visitarlo. La amplitud del espacio no solo impacta a los viajeros, sino que también provoca asombro, como señala Amelia Viviani al referirse al lugar como una "maravilla".
Sin embargo, no todos los comentarios son uniformemente entusiastas. Algunos viajeros, como amatres , advierten que quienes han estado en otras obras de Calatrava pueden no encontrar algo especialmente nuevo en el diseño del Oculus. A pesar de estas opiniones, la mayoría coincide en que es una experiencia que vale la pena vivir en la ciudad. Así, el Oculus se erige no solo como un centro de transporte, sino como un símbolo de la impresionante fusión entre funcionalidad y estética en Nueva York.
Viaje en tren: Manhattan a Boston - USA, por MELITHA BLASCO
Viajar en tren de Manhattan a Boston es una experiencia que muchos viajeros destacan por su comodidad y las impresionantes vistas que ofrece . Melitha Blasco describe la sensación de abordar el tren en Penn Station, señalando que "los coches son comodísimos y las vistas lindísimas". Este trayecto conecta dos importantes ciudades de la costa este de Estados Unidos y permite disfrutar de un ambiente relajante a lo largo del viaje de aproximadamente tres horas.
La ruta es popular entre quienes buscan un viaje sin complicaciones, y los pasajeros elogian la calidad del servicio . Carlos Jiménez lo resume con una simple pero poderosa palabra: "fabuloso". La opción del tren es ideal para aquellos que desean desplazarse de manera eficiente y agradable, dejando que el paisaje se deslice a través de las ventanas mientras aprovechan la oportunidad para descansar o trabajar.
Sin duda, el trayecto en tren desde Manhattan a Boston se presenta como una alternativa que combina placer y funcionalidad, convirtiéndose en una opción altamente recomendada para quienes visitan estas dos ciudades emblemáticas.
Estación de metro de Simpson Street, Bronx, por Roberto Gonzalez
La estación de metro de Simpson Street , ubicada en el Bronx, es un hito arquitectónico y cultural que evoca la rica historia de la zona. Inaugurada en 1904 y renovada en el año 2000, esta estación elevada ha logrado renacer del abandono y la desidia que la rodeaban, convirtiéndose en una obra de arte al aire libre . Roberto Gonzalez destaca su belleza diciendo que "es necesario buscar atisbos de belleza en un barrio que parece no querer salir del letargo de décadas". La arquitectura de principios del siglo XX se manifiesta a través de sus estructuras de hierro y acero, un reflejo de la fuerza económica de la época, adornadas con detalles art decó que aportan calidez y color.
Los viajeros que utilizan esta estación suelen mencionar que "ahí pasa el tren 2 y 5", lo que facilita el acceso al centro de la ciudad. Su inclusión en el Registro Nacional de Lugares Históricos en 2004 es un testimonio de su relevancia y valor como parte integral de la historia del Bronx . Simpson Street no solo sirve como punto de transporte, sino que también representa un esfuerzo por revitalizar el barrio y rescatar su patrimonio histórico. Es un lugar que merece la pena visitar, no solo por su funcionalidad, sino también por la historia y el arte que emana de sus plataformas.
Las estaciones de tren en Nueva York ofrecen una visión fascinante de la historia y la cultura de la ciudad, cada una con su propio legado y significado. Desde la majestuosidad de Grand Central hasta las modernas instalaciones del Oculus, estos espacios son testigos del paso del tiempo y de las innovaciones urbanas. Al explorarlas, se descubre un hilo que une el pasado y el presente, creando una experiencia inolvidable en el corazón de la Gran Manzana .