Calles emblemáticas de Avilés que cuentan su historia En Avilés, varias calles emblemáticas narran la historia de la ciudad y su evolución. La calle de La Cámara se destaca por ser uno de los ejes comerciales más antiguos, repleta de arquitectura tradicional. La calle de Galiana, con sus hermosos edificios y casas de indianos, refleja la influencia de la emigración. Asimismo, la plaza de Carlos Lobo, corazón de la vida social, invita a descubrir la rica gastronomía local. Estas vías son testigos del pasado y pulsos de la vida contemporánea en Avilés.
Calle Galiana, por Rafael Vilches
Calle Galiana es uno de los lugares más emblemáticos de Avilés, conocida por su rica historia y su vibrante ambiente. Construida en el siglo XVII, esta calle peatonal se caracteriza por sus 250 metros de soportales, donde los viajeros pueden sumergirse en el bullicio de bares y restaurantes, convirtiéndola en el centro de ocio de la ciudad. Un visitante destaca que "es uno de los lugares más pintorescos de la ciudad y un lugar donde es inevitable acabar para tomar algo", resaltando su atractivo como punto de encuentro.
A lo largo de la calle, los hermosos balcones de las casonas asturianas son un deleite visual. Rafael Vilches menciona que “tiene mucho ambiente nocturno por todos los bares y restaurantes”, lo que la convierte en un espacio ideal para disfrutar de la vida social local . En el recorrido, los viajeros también pueden descubrir la imagen de la Virgen del Carmen, ubicada en el número 18, y disfrutar de monumentos significativos como la iglesia de San Nicolás de Bari y la antigua Escuela de Artes y Oficios.
Al fondo de la calle, se puede acceder a la Plaza Domínguez Álvarez Acebal, donde se erige una de las chimeneas que atestiguan el legado industrial de la ciudad. Calle Galiana es, sin duda, un lugar que combina historia y encanto urbano , donde cada rincón invita a ser explorado.
Calle La Ferreria, por jrgil
Calle La Ferrería, una de las principales arterias de Avilés, destaca por su riqueza histórica y su encanto urbano. Este camino empedrado, que fue fundamental durante la Edad Media, alberga un tesoro arquitectónico con edificaciones notables. La Casa de Valdecarzana, datada en el siglo XIV, es “uno de los pocos ejemplos del gótico civil en la provincia”, lo que la convierte en un punto de interés imprescindible para quienes pasean por aquí. Asimismo, el conjunto religioso de los Padres Franciscanos ofrece “una espectacular mezcla de estilos” que abarca desde el siglo XII hasta el XVIII.
La calle está adornada con soportales que, en tiempos pasados, proporcionaron resguardo a los artesanos locales del sol y la lluvia. Inicia en la Plaza del Ayuntamiento y conecta con la Calle del Sol, un importante eje comercial de la ciudad, mientras que en uno de sus extremos se encuentra Casa Alvarín, un lugar ideal para disfrutar de una sidra asturiana . Esto hace que la calle no solo sea un recorrido por la historia, sino también un espacio vibrante donde “contemplando la historia” se puede “disfrutar de lo moderno”, un atractivo que muchos viajeros destacan.
Calle Rivero, por jrgil
Calle Rivero es uno de los lugares más emblemáticos de Avilés, una vía peatonal que comienza en la plaza del Ayuntamiento y termina en la Avenida Cervantes. Esta calle, con al menos cinco siglos de historia, ha sido testigo de la evolución de la ciudad desde sus días como un arrabal a la ribera de la ría. El viajero jrgil la describe como "la antigua calle de la movida en Avilés", donde la juventud contemporánea se mezcla con lugares históricos que mantienen su clientela de toda la vida.
Los soportales que se alinean a lo largo de la calle, junto con la fuente de los caños y la capilla de San Pedro, añaden un encanto especial al ambiente. Maria Del Mar Fernandez Alvarez destaca que "los soportales y edificios que atraviesan la calle hacen el encanto de Avilés", y subraya el acceso al Parque de Ferrera , un hermoso espacio verde para descansar. La rica historia de Calle Rivero, mencionada por jrgil, en la que "era el Camino Real a Oviedo", resuena en sus piedras y su arquitectura, mientras que María Suárez del Águila sugiere que es un "paseo obligado" para cualquier visitante que quiera disfrutar de la esencia de Avilés.
Paseo de la Ría, por Ignacio Izquierdo
El Paseo de la Ría en Avilés es un hermoso y revitalizado espacio que invita a los visitantes a disfrutar de la tranquilidad del entorno. Este paseo marítimo, que se extiende a lo largo de 3 km entre el puerto pescador y el Centro Niemeyer, ha sido el resultado de un esfuerzo significativo por recuperar el área tras años de contaminación. La viajera Lala destaca que "el resultado es un amplio y agradable paseo marítimo" que se complementa con el puerto deportivo y la impresionante escultura que simboliza la ciudad.
Los viajeros aprecian especialmente su ambiente relajante. Ignacio Izquierdo menciona que es "uno de los paseos más tranquilos, relajantes y bonitos" que se puede disfrutar en Avilés, bordeado de árboles y esculturas que realzan su belleza . El recorrido, prácticamente sin desniveles, permite una caminata cómoda, mientras se descubren diversas zonas de interés.
Sin embargo, es importante tener en cuenta las opiniones sobre la proximidad de las fábricas y su impacto. Alberto Vaz Gomez señala que "mientras esté la fábrica al lado, seguirá muy sucia la mar y por lo tanto los malos olores". A pesar de ello, la experiencia de los viajeros indica que pasear hasta el Niemeyer es una actividad muy gratificante, como lo resalta Charo Huerta al referirse a un "paseo muy relajante". Sin duda, el Paseo de la Ría es un destino que combina historia, naturaleza y un compromiso hacia la mejora del entorno urbano.
El recorrido por las calles de Avilés revela la rica historia que cada ladrillo y adoquinado guarda. Desde la vibrante calle Galiana hasta el sereno Paseo de la Ría, cada paso invita a descubrir relatos que han tejido la identidad de esta ciudad. Con su arquitectura cautivadora y el calidez de su gente, Avilés se posiciona como un destino donde el encanto urbano se vive intensamente.