Descubre las calas más ocultas de Galicia que cautivan a los viajeros Galicia esconde calas que parecen sacadas de un sueño, ideales para quienes buscan paz y belleza natural. Entre ellas destaca la cala de Montalvo , con aguas cristalinas que contrastan con su entorno rocoso. La cala de Caneliñas, por otro lado, sumerge al visitante en un ambiente de privacidad y tranquilidad rodeado de vegetación. Otro lugar mágico es la playa de Rodas , conocida como una de las más espectaculares, pero menos visitada en sus calas cercanas. Estas joyas naturales ofrecen un refugio perfecto para desconectar y disfrutar de la belleza gallega.
Estaca de Bares, por Karen Unzueta Perez
La Estaca de Bares , situada en el municipio de Mañón y considerada el punto más septentrional de la península, es un lugar donde el océano Atlántico y el mar Cantábrico se encuentran en un espectáculo de belleza natural. "Sencillamente embriagador", describe un viajero al llegar al histórico faro que se alza sobre la montaña, ofreciendo "fantásticas vistas " y un entorno de vegetación frondosa que invita a la contemplación.
El camino que se extiende tras el faro lleva a los visitantes hasta el acantilado, donde el sonido de las olas y el canto de las aves crean un ambiente de paz y tranquilidad. "El viento puede molestar pero las maravillosas vistas que se tienen desde ese punto hacen que el recorrido merezca la pena", señala otro viajero. Las condiciones climáticas, a menudo cambiantes, aportan un aire de misterio; un visitante relata cómo la niebla transformó el paisaje en un "bosque mágico y misterioso ".
Además de su belleza natural, la zona invita a disfrutar de la deliciosa gastronomía local . "No dejéis de comer, si la economía lo permite, el bogavante al horno con patatas panaderas del restaurante El Centro", recomienda un amante de la gastronomía. En Estaca de Bares, la naturaleza y la cultura se entrelazan, ofreciendo una experiencia única que seguramente quedará grabada en la memoria de quienes la visitan.
Cala de la playa de La Lanzada, por JM González Vicente
La cala de la playa de La Lanzada , situada en Sanxenxo, es un lugar que sorprende por su belleza natural y su rica historia. Este pequeño rincón, ubicado junto a la conocida Ermita de La Lanzada, se caracteriza por estar dividido en dos por unas rocas. En una parte, la arena es blanca y fina, mientras que en la otra, es más oscura y gruesa. rachel describe la cala como un "lugar para visitar, más que para disfrutar de una tarde de sol", debido a su fuerte oleaje y la brisa que la rodea.
El lugar es, además, un punto de encuentro de tradiciones ancestrales. Cada último domingo de agosto, las mujeres que desean quedar embarazadas realizan el rito de las nueve olas aquí. Su entorno también ofrece interesantes ruinas y restos de una fortaleza, lo que añade un toque histórico a su belleza natural. Dario destaca que este es "un fascinante lugar de la mágica costa gallega".
Para acceder a la cala, es necesario desviarse hacia la capilla y seguir pequeños caminos o escaleras de madera. Aunque es una playa pequeña, su encanto radica en su tranquilidad, perfecta para escaparse y conectar con la naturaleza .
Playa Foxos, por Sasa72
La Playa de Foxos , ubicada en Sanxenxo, es un verdadero tesoro escondido que deslumbra a sus visitantes con su belleza natural . Con una forma rectilínea y rodeada de un entorno rural, esta playa de arena blanca y fina se encuentra a pocos kilómetros de Portonovo y cerca de la emblemática ermita de Nosa Señora da Lanzada. Según Sasa72 , el lugar "presenta en la parte superior del arenal una sucesión de pequeñas dunas por las que discurren diversos accesos a la playa".
Las aguas limpias y transparentes son una invitación al baño, aunque el oleaje puede ser fuerte. Ricardo Fernandez Ferreiro destaca que Foxos, "tanto en su propia belleza como en la playa pegada a la ermita", ofrece "dos experiencias inolvidables ". Más allá de su tranquilidad en verano , donde no llega a estar masificada, es un sitio ideal para disfrutar de momentos de relajación.
Mª José refleja la conexión emocional que se puede experimentar aquí, señalando que "un día frío, un día de temporal, se transforma en esta playa en un día de emociones encontradas". Al caer la tarde, el entorno de Foxos, con su mezcla de naturaleza y mar, captura la esencia de la costa gallega , convirtiéndose en un lugar que invita a regresar una y otra vez.
Ribeira de San Cristovo, por García Katxuki
Ribeira de San Cristovo , en Ferrol, es un lugar que sorprende por su belleza natural y su entorno privilegiado. Esta cala, situada cerca del castillo de San Felipe, se accede a través de un camino adornado de abundante vegetación que invita a disfrutar de un paseo tranquilo. Según Keka G , la cala es "una preciosa cala" que logra combinar historia y naturaleza en un solo espacio.
La costa ofrece no solo vistas espectaculares, sino también la oportunidad de explorar los restos de las antiguas defensas de San Cristovo. García Katxuki destaca la experiencia de visitar esta zona, comentando que junto a los restos históricos "verás unas calas pequeñas donde disfrutar un día de playa". Este rincón de Galicia es ideal para quienes buscan relajarse en un entorno apacible.
Las aguas cristalinas son otro de los atractivos que narran los visitantes. Cristina Castro Vázquez describe la cala como "tranquila y con aguas cristalinas", lo que la convierte en un lugar perfecto para nadar y conectar con la naturaleza. Ribeira de San Cristovo es, sin duda, un destino que no deberías perderte si te enamoras de las calas gallegas. Su belleza y serenidad te dejarán un recuerdo imborrable.
Cala Millenium, por josemaria de diego
Cala Millenium, situada en A Coruña, es un rincón encantador que deja una huella especial en quienes la visitan. Con una ubicación privilegiada en el centro de la ciudad, esta pequeña playa se encuentra cerca del paseo marítimo, brindando acceso fácil a los amantes del mar. Rober destaca que es "ideal para gente joven", lo que sugiere un ambiente animado y vibrante que invita a disfrutar del sol y la compañía.
Esta cala no solo es perfecta para relajarse, sino que también ofrece proximidad a otros puntos de interés como la famosa playa de Riazor y el estadio del Real Club Deportivo de La Coruña. alberto galan menciona entusiastamente el nombre de la cala: "Millenium Millenium...A Coruña!!", lo que enfatiza su singularidad y atractivo como destino. Con su arena dorada y aguas cristalinas, Cala Millenium es, sin duda, un lugar que sorprende por su belleza natural y su atmósfera cautivadora, convirtiéndola en una visita obligada para quienes recorren la costa gallega.
Abelleira o La Tortuga, por Ivan Gil
Abelleira, también conocida como La Tortuga, es una joya escondida que fascina a quienes caminan por el encantador paseo de madera en San Vicente do Mar. Los viajeros que han explorado esta cala destacan su impresionante belleza natural y su atmósfera tranquila. Ivan Gil comparte su experiencia, comentando que "caminando por el paseo de madera que hay en San Vicente nos encontramos con esta hermosa cala". Esto sugiere que el recorrido hacia Abelleira es tan digno de admirar como la propia cala.
La tranquilidad que se respira en la zona se convierte en un gran atractivo para aquellos que buscan escapar del bullicio . Marta Gil resalta que son "unas calas impresionantes, muy bonitas y tranquilas". Este ambiente sereno hace de Abelleira un lugar ideal para relajarse y disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión. Sin duda, quienes visitan San Vicente do Mar y descubren Abelleira se llevan consigo recuerdos imborrables de su increíble belleza y paz, dejando la promesa de volver a este rincón especial de Galicia.
Las calas ocultas de Galicia son verdaderas joyas que ofrecen una experiencia única a quienes buscan un refugio de paz y belleza natural. Desde la serena cala Millenium hasta la vibrante playa de La Lanzada, cada rincón desvela paisajes que enamoran a los viajeros. La diversidad de estas playas invita a la reflexión y al asombro, convirtiendo cada visita en un momento inolvidable. Galicia no solo deslumbra, sino que también cautiva el alma.
