La primera vez que descubrí la ciudad ...
La primera vez que descubrí la ciudad de Ibiza era de noche. Las calles empedradas de casas bajitas y blancas subían hacia las murallas de la fortaleza, llenas de terrazas que bullían animadamente con gente. Desde la fortaleza se veía toda la ciudad vieja, con las callejuelas iluminadas y el puerto al fondo. Era una imagen preciosa. Repetimos al día siguiente, ya de día, para volver a pasear esas mismas calles, el ambiente de la mañana es distinto, pero sigue siendo encantador. Las calles estaban más tranquilas, pero había mercados, puestos de ropa y con la luz del sol se podía disfrutar las vistas de la ciudad en su totalidad.